3 diciembre, 2021
Para poder reducir las cargas térmicas en edificios, es necesario valerse de herramientas de climatización pasiva. Y para eso, se debe solicitar los servicios de ingenieros o arquitectos especializados. Aquí conocerás las ventajas y algunos tips a considerar antes de pedir la instalación de la climatización pasiva de edificios, con el fin de reducir las cargas térmicas de forma eficiente.
Una fuente imprescindible dentro de un edificio con sistema de ahorro energético, es la climatización del propio edificio. Esto permite que las condiciones dentro del edificio sean aptas y cómodas para poder habitarlo. Al margen de temperaturas que mantiene el sistema de climatización se le conoce como confort, mismas que se regulan según norma local o regional.
Ahora bien, si el edificio está expuesto a agentes climáticos externos (calor y frío), será más difícil que la climatización mecánica mantenga una temperatura de confort. La energía que se necesita para climatizar un edificio es conocida como carga térmica, misma que se ve afectada por las condiciones arquitectónicas del edificio, pero también por las climáticas del entorno. Por lo tanto, cada caso es diferente, y se debe dar un trato especializado.
Una ventaja de reducir la carga térmica es que también disminuye el consumo energético y, por ende, los gastos económicos del edificio. Por supuesto, todo esto también contribuye a que el edificio tenga una vida útil más larga. Sin embargo, hay que tener en cuenta varias etapas en el proyecto de construcción del edificio.
Bien sea para evitar el calor del verano o reducir el frío del invierno, los métodos de climatización ayudan a mantener una temperatura confortable en el inmueble. Aunque los ventiladores o aires acondicionados pueden ser de gran ayuda, no siempre basta con instalar estos aparatos. Sin mencionar que suponen un gasto energético que se ve reflejado en las facturas de la electricidad.
Pero con la climatización pasiva, se reduce el impacto del consumo de energía en las casas. Claro, hay que tener en cuenta el tipo de vivienda que se tenga, y algunos aspectos para mantener una buena circulación del oxígeno. De manera que no cualquier persona está preparada para hacer este tipo de instalaciones.
La climatización no solo afecta el consumo energético sino también el impacto que tenga el sistema para el medioambiente. En España, estos recursos se han usado con más frecuencia gracias a su alta eficiencia y poco consumo energético. Por supuesto, hay que saber cómo usarlo, pero también como instalarlo. Así que, para optar por este sistema, lo mejor es acudir con un profesional que nos asesore correctamente sobre sus beneficios e instalación.
Tener en cuenta los métodos que se utilizan para reducir la carga térmica, ayudan que la climatización del edificio sea más eficiente, sin tener que usar elementos mecánicos. De manera que no hay consumo económico y energético mientras que se mantenga con vida el edificio. Tales consideraciones son las siguientes:
La orientación del edificio con respecto al sol determina la carga térmica de este. Además, mientras más amplia sea la fachada que se encuentra expuesta el sol, más calientes será el interior del edificio, sobre todo, en verano. Si mencionar que, si la fachada está hecha de vidrio, entonces la temperatura se incrementará mucho más en esta época del año.
Con el fin de reducir la carga térmica del edificio, hay que determinar la masa térmica de los cimientos. A este respecto, se debe conocer la capacidad de los materiales para retener temperatura y evitar que se produzcan variaciones drásticas.
Por ejemplo, el vidrio es un material sin propiedades de aislamiento. Es por es que se producen variaciones de temperaturas de acuerdo a las condiciones climáticas del exterior. Más bien, se deben usar materiales con cerramientos opacos, para poder retener la temperatura en el interior del edificio.
Por supuesto, no en todos los casos es posible escoger la orientación del edificio. Tampoco es posible que siempre se tenga una fachada transparente que regule la incidencia calórica mientras que se aprovecha la luz del sol. En tales casos, se usan elementos arquitectónicos que ofrecen sombra en la fachada, tales como los parasoles o el brisoleis.
Además de ofrecer un aspecto estético, la vegetación influye de forma importante en la carga térmica de un edificio. En los espacios abiertos, se recomienda colocar especies frondosas, pues estas ofrecen gran sombra durante el verano, y durante el invierno, se deshojan, permitiendo que el sol pase a través de estas hasta el edificio.
Otra opción es usar plantas de cubiertas o de paredes. Estas reducen la incidencia directa del sol hacia los cerramientos del edificio. Por lo tanto, es posible regularizar la temperatura en el interior.
Tales aspectos antes mencionados conforman el abanico de herramientas que utiliza el arquitecto o bien, el ingeniero proyectista para optimizar el funcionamiento de un edificio. De esa forma, se aumenta el disfrute de los usuarios que habitan el edificio.
Por supuesto, mientras más experiencia tenga el profesional, mejor funcionamiento termodinámico tendrán las herramientas. Esto a su vez, llevará a un mayor impacto habrá sobre la reducción de la carga térmica del edificio. Todo esto da como resultado que el edificio sea más eficiente y sostenible.
Otras acciones que se pueden realizar para reducir las cargas térmicas es la impermeabilización de la azotea. Para eso, se usa materiales con alto índice de reflectancia solar. Estas son películas de control solar que se instalan en las ventanas con el fin de reducir el efecto invernadero que producen los cristales. Por supuesto, esto debe combinarse con la plantación de árboles que ofrezcan sombra. Hacer una buena climatización pasiva supone una planificación presupuestal que se implementa de forma paulatina. A medida que pasa el tiempo, las medidas se van incrementando, con el fin de ahorrar energía, mismo que va notándose más con el transcurso del tiempo.