10 julio, 2020
La demanda masiva de servicios o artículos va en aumento acelerado, por tanto, sea cual sea la empresa o negocio requiere de mejoras periódicas. Estas mejoras no abarcan solo la administración de un negocio, también son necesarias en la selección organizada de la mercancía que se ofrezca.
Ahora bien, es imprescindible una gestión apropiada de los artículos o servicios que se dispongan para el cliente. Desde los métodos, la localización, la capacidad y hasta la utilidad de los mismos pueden influir en la producción óptima y la distribución de mercancías u otras.
Por ejemplo, es de vital importancia conocer sobre los almacenes que pueden usarse para negocios, sus tipos y gestiones. De esta manera, podremos tener control de desarrollo y seguridad administrativa, sacando el máximo provecho a la instalación.
Considerado, por así decirlo, el corazón de toda empresa manufacturera (es decir de compra, venta y provisiones) bien organizada. Los almacenes poseen diferentes funciones, importancias y estructuración, dependiendo todo ellos del tipo de negocio y las mercancías que se manejen.
En teoría, es una infraestructura funcional que nos ofrece un espacio físico ideal para guardar, custodiar y manipular de forma ordenada, los bienes que cualquier actividad laboral genere. Son útiles para cualquier empresa industrial o comercial, y además permiten una circulación viable de los servicios ofertados.
Según el tipo de mercancía, el espacio y ubicación requerida, los almacenes cuentan con variadas funciones. Son diferentes tipos, que influyen en ámbitos importantes: la administración empresarial, su producción, efectividad e incluso las ganancias.
Diferentes factores influyen en las funciones prácticas de un almacén. Sin embargo, en líneas generales es necesario que cumpla al menos con seis servicios básicos que son:
Por lo tanto las funcionalidades de un almacén pueden transcurrir en diversidad de gestiones, pero siempre rondando una importancia especifica.
Mediante la evaluación detenida y efectiva de las condiciones físicas o logísticas que rodean nuestra empresa o futuro lugar de almacenamiento, se podrá tomar una decisión acertada sobre qué tipo de almacén seria el ideal para nuestra empresa o negocio.
Podremos por lo tanto clasificar los tipos de almacenes según, el ambiente, el tipo de material, el sistema de distribución, los métodos de manipulación, y el régimen jurídico, tomando como ejemplos los siguientes:
Estos son aquellos cuya edificación sea de lona, metal o ladrillos, y que brinde la adecuada protección de la mercancía almacenada de factores ambientales como la humedad o temperatura.
A pesar de contar con una delimitación con márgenes u otros, este no posee edificación física; son útiles cuando los materiales a resguardar no se alteran por las condiciones climáticas. Aun así, el tipo de protección de dichos almacenes es más básico como plásticos y productos anticorrosivos aplicables.
Este tipo de almacén se requiere que esté cercano al sitio de producción. De esta manera, la materia prima no se deteriorará.
Por lo general, esta clase de almacenes están situados dentro de la fábrica y es el medio para obtener y traspasar de la mejor manera la mercancía producida.
Estos son los almacenes con más valor, debe encargarse de hacer circular los materiales terminados para una posible y necesaria obtención de ganancias.
Al ser el más cercano a la fábrica, reduce gastos de transporte y manipulación, además de controlar de manera confiable y ordenada los movimientos de los mismos.
Debido al objetivo principal de distribución de mercancía, este debe encontrarse en el punto comunitario de mayor demanda de los servicios brindados.
Solo para momentos de picos de demanda, que disminuyen con el tiempo. Tiene una función de almacenaje específica y determinada, siendo controlado por un almacén principal.
Un tipo de almacenaje con base y en formación de bloques con referencias específicas para almacenar ordenadamente y con practicidad de encontrar lo que se busque. Tomando en cuenta que solo algunas mercancías pueden clasificarse de esa manera.
Equipados con estanterías comunes y sistema de organización fáciles, con equipamientos para mover cargas.
La utilización de este tipo de almacenes dependerá de la economía, distinción y alcance de la empresa.
Mediante un almacenamiento correcto y una ejecución apropiada de todo lo que ello conlleva, se podría lograr una producción eficaz acompañada de potencialidad en recursos, e incluso un ahorro que beneficie a la empresa.
Además, la agilización de operaciones logísticas permite la ejecución de un sistema y métodos racionales en cuanto al recibimiento de materiales y al despacho de los mismos de manera satisfactoria, lo cual generará mejores ingresos aprovechables en la empresa.
Cabe destacar que un buen almacenaje y mantenimiento de productos en buenas condiciones elevará positivamente la reputación y los servicios que ofrece dicha empresa. Por tanto, aumentara también su competitividad y las oportunidades de ganancias más elevadas con el paso del tiempo. Tomando en cuenta los beneficios que producen una buena gestión de almacenes es destacable de igual forma su importancia. Gracias a los almacenes se pueden agilizar los procesos logísticos empresariales, además de reducir el tiempo de entregas y generar una rapidez adecuada en todos los procesos aplicable.